El logotipo se desarrolla inscrito dentro de un cuadrado girado, en el que se ha dado especial importancia al trazado geométrico, en clara alusión tanto a la trama urbana como a la planificación de la red subterránea de transporte.
Las flechas de color azul, en sentido ascendente y descendente, representan el flujo de viajes a lo largo de una línea metropolitana con recorrido bidireccional. La elección del color y su mayor peso visual dentro de la imagen induce la existencia de una rigidez estructural, previamente establecida para canalizar el transporte mediante una planificación determinista.
El diseño se completa con otras dos flechas curvadas de color verde que parten del interior de las anteriores, orientando la salida hacia ambos laterales. Estas flechas superpuestas representan las alternativas que se aplican ante las emergencias. Su menor peso visual se contrarresta con un diseño curvo, que simboliza la respuesta adaptativa del sistema ante las necesidades surgidas de la ruptura en el plan establecido.